El pastel de boda, en su origen no era comido por la novia, sino que era lanzado contra ella. Esta costumbre, como todos los actos de “lanzar”, recordaba antiguos ritos de fertilidad , que significaban abundante descendencia.
La idea de lanzar dulces sobre la novia fue de los pasteleros romanos, que sustituyeron los granos de maiz que hasta entonces se lanzaban, por unos pequeños pastelitos.
Estos dulces eran literalmente lanzados sobre la cabeza de la novia y se obligaba a los novios a comer una pequeña porción como símbolo de fertilidad. Los restos que quedaban se repartían entre los invitados.
Esta tradición se mantuvo intacta hasta el siglo XVll . En esta época, en Inglaterra todavía se conservaba el costumbre de apilar pastelitos y galletas hasta formar una gran montaña. Cuanto más alta era la pila, mejores eran los augurios para la pareja, que era obligada a besarse sobre el montón de pastelitos.
Hacia el año 1660 , un prestigioso cocinero francés, de nombre desconocido, se horrorizó ante esta costumbre y se le ocurrió la idea de transformar la montaña de pastelitos y galletas en un pastel de grandes dimensiones. Al poco tiempo su idea se extendió, teniendo tanto éxito que todavía perdura en la actualidad.
El Pastel de Bodas representa la fertilidad del trigo y la buena suerte para la pareja. A la hora de servir el pastel, la buena suerte se extiende a todos los invitados....
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